sábado, 19 de mayo de 2007

radio-grafía

Di vueltas en círculos afuera la de la sala de espera. Temía ver lo que había en mi interior, sabía que tragarme un ratón no había sido una buena idea, sobretodo cuando uno apuesta por el número de rasguños que dejé en su bajada, tuve 5, y gané: ¡Un vino de tetrapack! Me lo bebí de inmediato con la esperanza de adormecer al ratón, quien todavía se sentía un poco confuso en aquel lugar. Tenía miedo de que se me acercara un gato, creo que tienen buen olfato, seguro la peste que el vino de tetrapack había dejado en mi boca, no era suficiente para disimular el olor del animal que ahora habitaba mi estómago.

No es por presumir, pero parecía haberse adaptado perfectamente a aquel lugar, me sentía por fin, hecho a la medida de algo, me acariciaba lentamente y me daba masaje en donde podía, creo que se sentía alegre de estar ahí y haber recibido un vino de bienvenida que seguramente le había sentado de maravilla.

Entonces desperté...
en realidad no sucedió así, desearía que fuera una broma. El doctor llegó con las radiografías, el ratón, o su esqueleto yacía tranquilamente, victima del sueño, inducido por un exceso de alcohol. El doctor decía que no había muerto todavía, que podía sobrevivir perfectamente.

Me senté a escribir una oda a aquel ratón y salí del hospital en busca de otro buen vino de tetrapack para celebrar.

1 comentario:

sirako dijo...

orales que chido.

es un honor para mí invitarlos a un blog escondido, chido si les gusta, si no, pueden decírmelo y pensar, chale ¿este wey que? (así sin acento)

aca...