jueves, 27 de septiembre de 2007

Reminicencias y el diván (III)

"Lo desconocido es caos", yo leía en las estrellas. Alucinaba otra vez, me preguntaba qué eran las palabras, lo hacía frente a Él: Supuestamente lo sabía todo. Cuestionaba, había visto una representación: "la vida es sueño".

-El sueño esta constituido de representaciones, todo es imaginario. Los colores, las formas, todas las "cosas" sólo tienen sentido para el nosotros.

(Me pregunto si seguiré dormido, y por cuanto tiempo, ¿cuando se callará?)

-Otra vez me sucedió lo mismo -decía yo-, otra vez nada funcionó, no puedo creer que que haya pasado otra vez. Supongo que así lo quiero, pero no lo puedo soportar. Sigo escuchando sus hirientes palabras, ellas resuenan todavía en mis oídos. Aumento imaginariamente su volumen, eso creo, creo que las escucho más fuertes que como en realidad fueron, es como si todo hubiera sido un sueño, nuestra discusión lo que nos dijimos el uno al otro, creo que no lo pensamos, temblábamos otra vez. Llovían palabras, insultos, incoherencias, insultos incoherentes, no nos escuchábamos por suerte, pero cada uno sangraba por dentro, los vasos capilares explotaban y llorábamos, se rasgaron los tejidos.... momento, ¿qué estoy diciendo? No se lo que dije, ¿Tu lo entiendes verdad?

(La verdad es que no lo entiende, por eso lo mira fijamente, es decir, pretende que lo escucha, pero en realidad Él también sueña, si así se le puede decir)

(¿A que se le puede decir?)

(Al sueño, a Él)

(¿Me quieres decir qué él no es Él?)

-... perdón, otra vez me perdí. Volveré al asunto, sólo déjame prender un cigarrillo. Si, ya... estoy partido en dos, o en tres, o en muchas cosas, la verdad... ni siquiera conozco la verdad. Me siento perdido, como si hubiera entrado en un río, como si me desplazara junto con la corriente a una velocidad que lo distorsiona todo, con el agua corriendo a través de mis oídos: sus palabras, ya no confío en ellas. Todo lo que dijo también sale de mi como si fuera agua, como si las palabras sustituyeran a la saliva y la saliva a las palabras, soy una fuente de confusión.

Las constelaciones son simplemente formaciones imaginarias que se proyectan dentro del consultorio. Un ave cruza la ventana, el cielo es claro, no hay edificios al rededor. Nos encontramos en una casa de campo. Llevo aquí meses, y en las noches salgo a caminar y miro las estrellas, su brillo y sus vibraciones me conmueven, luego me acuesto sobre el pasto y duermo. Siento que este lugar es lo único que existe. El bosque no queda lejos, es la frontera de este mundo, más allá se que existe una ciudad, la llaman Pangea. Ahí las constelaciones son de asfalto y dirigen a los transeúntes con su brillo verde, amarillo y rojo. El color rojo en aquel lugar es temible, significa peligro y muerte. Las calles no llevan en realidad a ningún lugar, dan vueltas y te llevan generalmente a donde no quieres ir. A veces hay tantos dasplazandose por ellas, que al final todos terminan por desorientarse y se quedan quietos. Cuando miré la cuidad desde el cielo, parecía un cuerpo humano disecado, las calles eran venas y por ahí corrían luces como si fueran sangre. Donde nada se movía me imaginé un coágulo. Creo que la ciudad tiene cáncer.

-... anoche tuve un sueño. Soñé que tenía una grave enfermedad, me encontraba en un cama del hospital, estaba desnudo y tenía una erección, había mucha gente a mi alrededor, y algunos me traían flores. Sólo había un hombre que vestía de negro, primero me miraba detenidamente y ya que se cercioraba de que yo era realmente yo me decía: "Tienes una enfermedad poco conocida llamada cumulus numbi, desearía poder prescribirte algo más, y espero que esta vez cumplas con ella". Luego, como en un cambio de escena, estaba en un quirófano y se preparaban para abrirme. Yo creía encontrarme perfectamente conciente mas no podía decir palabra alguna. Ellos no esperaron más y me cortaron. Yo podía ver mi cuerpo perfectamente diseccionando, mis venas cortadas trasnversalmente, como canales, me permitian ver a la sangre fluyendo. Veía como sacaban órgano tras órgano. Luego desperté. ¿Qué piensas de ello?

(¿Qué pienso yo? Ja, lo que pienso jamás te lo diría, no creo. Pero me pregunto si seguiré dormido. Por cierto, él tampoco te podrá decir nada, será mejor que te levantes despega tu piel de ese diván, deja de recordar aquel día en que chocaste y terminaste en el hospital... si tan sólo te dieras cuenta que todo es un recuerdo. Pero no, la única cuenta que llevas es la de tu llamada corriente y tu flujo, y sólo te sientes como un punto en la linea del tiempo, y te masturbas y dejas que salgan tus flujos, esas son tus cuentas. Cuentas cuentas cuentas. Pura palabrería, ¿cuando escucharás? Preguntas para volverte a responder tu mismo, creyendo que te hablas, pero sólo vomitas "flujos". Dime la verdad, ¿cuantas veces te masturbas al día? No quieres saber lo realmente importante, lo único que te importa son tus órganos y tus tripas, te impactan tus sueños, cuando deberías disfrutarlos. ¿Apoco no era un placer estar ahí enfermo, muriendo?, pinche suicida. ¿O preferirías ver a toda la humanidad convaleciente?, a todos tocando violines y escuchar sinfonías llenas de quejidos y lágrimas, ¿los quieres ver a todos exhibiendo sus dolores, su miseria, sus temores? No me escuchas, no quiero que me escuches)

Ninguno se da cuenta de que está soñando. Nadie, si Nadie fuera un personaje sería el único coherente, pero el mismo es una incoherencia. Sueño es todo, todo es sueño, el delirio no es más que el nombre que le daríamos a la vida, si la viéramos desde lo que es en realidad.

-Creo que por hoy es todo, continuaremos la sesión mañana.

Sólo somos delirios encontrados dentro de un espacio analítico.

Sentidos (II)

Soñaba,
las texturas
fuera de orbita,
texturas
y colores
no podían existir.
Despertar
un poco
sobre el jardín.
y
volver a
cerrar los ojos
volver
a sentir
texturas y colores
y
el olor
sobre el pasto:
cabello
abierto, nacido
de la tierra.

Vida,
madre, vagina,
otra vez recostado
en el diván
sobre recuerdos
emergen
entre
texturas y
colores, también olores.

Parto
un camino
desde el tranvía
uterino,
nacimiento de
la dulce tierra.
Despieta
otro sentido
olores, colores, texturas,
gusto.

El busto
de la madre.
Desbordamiento
de fluidos
conduciendome con inercia,
por sus senderos
del pasado,
eternamente:

Vida,
madre, vagina
desde el nacimiento:
delirios
y sentidos
imagenes del mundo.
Nada de ello
exsitía antes,
ahora
imagino,
y finalmente
escucho la voluntad.

Poco a poco emergieron las palabras y poblaron el jardín de diferencias y accesos a lugares comunes, pero al final la mística desapareció, y los dioses se alejaron cansados del mundo, buscando refugio dentró de lo desconocido.

Otra vez la tierra quedó desolada y las palabras se disolvieron y esperan nuevamente el parto, la ruptura de la tierra y el calmor desde las profundidas que hagan surgir nuevamente todos los sentidos que son infinitos. Esperan nuevamente que los tiempos se desplieguen poblando la tierra y se entrecruzen formando espacios en sus puntos de encuentro, los expandan mientras se alejan unos de otros y los revienten finalmente haciendo desaparecer todo lo creado. Así la dinámica del mundo es siempre la misma, es siempre y unicamente: dinámica.

La tierra también adquirió forma y se disolvió en los oceanos y los oceanos a su vez se perdieron en la infinitud, mezclandose con los dioses. Todo se inflama, estalla, y hay clamor nuevamente, el grito fulgurante de un recién nacido.

Soñaba.

Plaster Casts of Everything

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Shamshad Khan

Megalomania

martes, 25 de septiembre de 2007

Diálogo filosófico (I)

Estaba en la biblioteca, leía un poco. Yo estaba ahí en mi asiento, la cabeza en otro lado, miraba y leía. De repente unos ruidos atronadores del silencio. De los cuerpos que habitaban esa sala emergió una voz rotunda y luego otra, como si fueran timbales. ¿Lo escuchaste?, te lo repito. Lo único que se escucha es el ventilador, las miradas sobre las hojas, el crujir de las páginas que giran, el murmullo lejano, los pestañeos, el PRAM! PRAM! PRAM! una voz aguda y otra grave moduladas por pensamientos: palabras que resonaban como timbales y una orquesta, como golpes en las mesas de lectura, libros cayendo las paginas girando, las miradas se elevan, se elevan de verdad, como almas.- Otra vez el silencio, otra vez la biblioteca, otra vez el ventilador de tu computadora, ¿lo escuchas?...

(Se miran: caminando a paso rápido cubriéndose la cara, sale Uno; pasos andan sobre los paso de Uno, sale Otro.)




El sonido era perpetuo, ahora lo recuerdo, ahora lo releo y vuelvo a encontrarme ahí, luego estoy de nuevo aquí entre los murmullos y el acomodar de los libros: lo más cercano al silencio. Los libros cerrados, las hojas escondidas, las palabras inexistentes, sustituidas por manchas, la cultura no es tan grande. 433 mil libros apilados cayéndose sobre mesas de lectura [ruido explosivo] ante ojos ávidos que luego olvidan. Sigo escuchando esa fractura en el silencio, se desvanece el ventilador y emerge la angustia y el estremecerse en las sillas, se despegan las miradas de la mesa de lecturas para observar una herida, rasgadura de la cual mana sangre que nos embriaga de terror y nos cubre y sube por la tela de la ropa y aparece en las manos y, y, y... y tan pronto la conocemos la declaramos muerta: menstruación. Y contemplamos la vagina del caos (433 mil labios) derrama sangre, la realidad es roja y brilla (estábamos errados), está viva, por eso estamos aterrados. Toca los libros, mancha sobre mancha y los corroe, y los destila y purifica. Unos instantes más y los ojos que la contemplan se llenan ellos mismos de sangre, ellos mismos quieren hacerla brotar. ¡I-N-S-O-P-O-R-T-A-B-L-E!

¡No más!

Otra vez el sonido de la normalidad, el ventilador, otra vez el ordenador, la gente se concentra en la lectura. Ahora esta lectura se concentra en su lectura.

Tengo los ojos puestos en un libro y no entiendo, no los muevo, no parpadeo, creo que sueño.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Ver un Mundo en un Grano de Arena
Y un Cielo en una Flor Silvestre:
Toma la Infinitud en la palma de tu mano
Y la Eternidad en una hora.