martes, 5 de junio de 2007

Sinsibilidad

Y recordó el día: estaba escuchando el chillar de una guitarra, en el concierto, de pronto la nada, dejó de escuchar sonido alguno. Miraba a la gente moviendose, cantando emocionada. Para él: nada. No significaba cosa alguna el lugar en donde estaba, ni la cerveza. Un sujeto lo empujó, bailaba como todos los demás, pero él estaba sordo, y tampoco sintió gran cosa, su cuerpo se había olvidado de transmitirle cierto mensaje, lo único que lo hizo darse cuenta de que lo habían empujado fue un súbito cambio de perspectiva en su visión, de pronto se acerco sin quererlo a la chica que se encontraba frente a él.

Ella volteó y le regalo una sonrisa. Él la devolvió, sintiéndose comprometido, luego pretendió volver su atención al concierto. Pero ya no vió a ninguna banda sobre el escenario, ningún escenario, nada, ni blanco ni negro.

Calló al suelo, olía a mierda, creía que se revolcaba, pero en realidad no lo podía saber con certeza. Si la gente lo tomó, lo trató de levantar, o tuvo cualquier atención hacia su persona, él jamás lo sabría.

¿Estaba asustado? No lo pudo comunicar, balbuceaba. De repente calló, algunos pensaron que había muerto, pero otros les hicieron notar el movimiento rápido de sus ojos. Estaba soñando.

Recordó todo el día, y los anteriores. Entremezclados. El concierto. El sueño. Se sentía como una computadora, encendido y sin control sobre las imágenes que se deslizaban en alguna parte, algunos electrones, la voluntad de alguien más, tal vez de la nada.

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